1.4. Determinismo e indeterminismo

Una teoría es determinista si establece reglas de cómo un factor debe afectar a otro (en traducción, bajo el paradigma de la equivalencia, el texto de partida determina su traducción; bajo el paradigma del skopos, el encargo de traducción determina la traducción). Por el contrario, se considera indeterminismo cuando no hay relación directa o unidireccional observable.

Imagen
Imagen
Adaptado de 462634 (2019).

1.4.1. El principio de incertidumbre

La incertidumbre parte del escepticismo epistemológico, el cual se pregunta por cómo se producen los conocimientos del mundo y busca encontrar las respuestas definitivas a las preguntas planteadas. En las humanidades, la incertidumbre se expresa en la aceptación de que la posición del observador afecta cada observación; es decir, hay un elemento subjetivo en toda observación, ya que cada persona tiene visiones distintas del mismo evento. Trasladando esta premisa al campo de la traducción, se puede decir que el receptor de un texto escrito, oral o señado nunca comprenderá de forma absoluta y a ciencia cierta lo que dicho texto buscaba explicar, pues cada uno de los receptores agrega o elimina elementos del texto en cuestión según su visión del mundo, sus vivencias y su marco conceptual.


1.4.2. La indeterminación de la traducción

Quine (1960) propone un experimento que explica la indeterminación lingüística y cómo esta puede afectar el lenguaje y el sentido. El filósofo propone imaginar que se llega a una tribu de la cual se desconoce el idioma. En un momento dado, pasa corriendo un conejo y algún miembro de la tribu lo señala y dice “gavagai”. Se podría hacer la asociación gavagai / conejo, pero ¿qué asegura que dicha expresión equivale al objeto (en este caso el conejo)? ¿Podría significar “el conejo está corriendo” o “ahí va un conejo”? Con este ejemplo, Quine muestra que pueden existir múltiples interpretaciones para un término, puesto que cada término designa un concepto permeado por valores individuales.

Aunque existen diferentes niveles de indeterminación, en la traducción siempre habrá lugar para la interpretación, ya que esta está intrínsecamente ligada a los procesos del lenguaje. Si existen múltiples percepciones e interpretaciones, entonces también es posible decir que todas son aceptables. Al respecto, Chomsky (1980) afirma que el concepto de indeterminismo puede explicar por qué todas las teorías propuestas son válidas como métodos de observación y análisis, lo que hace que la indeterminación se convierta en la base fundamental para la pluralidad teórica y explica por qué esta está presente en los procesos comunicativos.

De tal modo, la incertidumbre divide el campo en dos segmentos: las teorías que asumen que sí hay posibilidades de tener una comunicación exacta y, por lo tanto, traducción equivalente (deterministas) y las teorías que asumen que no existe un sentido que se codifique en una parte y se decodifique en la otra (indeterministas). Sin embargo, en la práctica se pone de manifiesto que hay muchas teorías lingüísticas que son deterministas en un principio y luego, cuando se aplican a la traducción, se convierten en indeterministas.

Uno de los fundamentos de la lingüística sistémica es que las palabras tienen una relación de arbitrariedad con sus referentes, lo que explica por qué varían de una lengua a otra y justifica la necesidad de la traducción. Sin embargo, muchas veces las palabras sí tienen relación con su referente, en especial cuando se revisan sus componentes y sus orígenes, como en los análisis morfológicos y etimológicos. Un ejemplo de esto lo proporciona Pym (2005), quien explica que al pronunciar la o la boca adopta esta forma, que la pronunciación de las palabras redondo, round y rond son más o menos parecidas e incluso que la seña para esta vocal coincide completamente con su forma (puño cerrado formando un círculo con el dedo pulgar tocando los otros dedos). Sin embargo, si aceptamos que la asignación de significados a significantes es arbitraria, esto implicaría que se debe seguir un proceso de codificación y decodificación.

Paralelamente, se desarrollan también propuestas de compatibilidad que intentan explicar por qué, aunque el entendimiento de un texto varía en cada lector, sí hay una vivencia común que puede enfocar la comprensión de dicho texto hacia ese espacio compartido, ya que esta puede darse según las experiencias comunes vividas. Este tipo de teorías se ponen de manifiesto en las traducciones de textos bíblicos, las cuales, a pesar de ser muy diferentes entre sí, hablan con la misma voz, lo que se puede explicar desde la experiencia del traductor que analiza e interactúa con los esquemas mentales del lector, formando un marco común a partir de las experiencias previas de ambos.


1.4.3. El constructivismo

Kiraly (2000) afirma que los traductores construyen de forma activa el texto que producen y, por lo tanto, la formación y metodología utilizadas son esenciales para alcanzar traducciones correctas. Bajo esta teoría, el conocimiento que se adquiere a través de la experiencia, la práctica y la discusión es la base para que el traductor encuentre su propia iluminación y, a la vez, construya esa visión comunitaria que le permitirá decodificar y codificar en un marco general, en el que su traducción será calificada de aceptable.

Bajo este paradigma de construcción social, el conocimiento se produce en los procesos comunicativos de las personas y, aunque sigan existiendo elementos de incertidumbre, es posible manejarlos con métodos que permitan llegar al diálogo y al consenso.

1.4.4. La teoría del juego

Si un documento tiene cohesión en su estructura, se presupone que sus partes están relacionadas entre sí; por lo tanto, una decisión traductiva específica tendrá repercusiones en todo el texto. Levý (1967) establece que la traducción no solo la determina el texto fuente, sino que también puede hacerlo la decisión inicial del traductor cuando asigna un equivalente que repercutirá en el resto del discurso. Esto es similar a los principios de la teoría del juego, donde cada decisión tiene repercusiones en sí misma y en las siguientes. Levy compara la traducción con un juego de la bolsa, imaginando a un traductor en el papel de un corredor de bolsa que calcula y corre riesgos sin tener toda la información completa y sin saber, solo hasta el último momento, cómo encajarán todos los elementos en el receptor de la información. En este escenario, un traductor no puede estar seguro de haber visto todas las posibles opciones, ni tampoco predecir si una decisión futura estará determinada por una decisión pasada.


1.4.5. La lógica no lineal

La teoría del juego comparte argumentos con la lógica lineal, pues ambas suponen que si A, entonces B; es decir, si se traduce un término de una cierta forma, habrá consecuencias directas en el resto del texto. El indeterminismo se pone de manifiesto en esta teoría cuando se aplica a la traducción de diferentes formas como las siguientes:

Haga clic en los botones para ampliar la información.

1.4.6. Teorías de la semiosis

Las palabras son signos y nosotros interpretamos lo que representan. A su vez, estas interpretaciones serán otros signos que también estarán sujetos a más interpretaciones. Dichas interpretaciones evolucionan constantemente y esta búsqueda lleva a una acción o influencia que relaciona un signo (o la imagen que se hace de este), su objeto y su interpretante. Esto es lo que se conoce como semiosis (Peirce, 1930).

Según Umberto Eco, un interpretante puede asumir varias formas:

Imagen
Figura 1. Formas que puede asumir un interpretante.
Basada en Eco (1976).

Todas estas representaciones semióticas se consideran casos de traducción, todas son susceptibles de interpretarse de diversas formas y, por lo tanto, todas son aptas para tener equivalentes en otros sistemas lingüísticos. Jakobson (1959) establece que la traducción es una creación activa de sentido que puede ser intralingüística (reformulación en un mismo sistema lingüístico) interlingüística (entre dos sistemas lingüísticos) e intersemiótica (transmutación o interpretación de signos no verbales). Este último es uno de los puntos que más refieren al estudio de las lenguas de señas y que permiten que la traducción entre lenguas orales y señadas se vean cobijadas por las diversas teorías.