Aunque las teorías del funcionalismo se desarrollarán en la siguiente unidad de este curso, explicaremos aquí el contexto que precede a su origen. Las décadas de 1970 y 1980 significaron el surgimiento de acercamientos funcionalistas y comunicativos al análisis de la traducción. Las primeras representantes del funcionalismo, antes del planteamiento de la teoría del skopos, fueron Katharina Reiss, quien propuso las tipologías textuales, y Mary Snell-Hornby, quien abogó por un acercamiento textual integrado.
En el caso de Reiss, su trabajo se basa en la equivalencia pero, en lugar de concentrarse en los niveles de la palabra o frase, toma el texto entero como el nivel en el que se logra la comunicación y en el que debe buscarse equivalencia. Este enfoque funcionalista busca inicialmente sistematizar la evaluación de una traducción y se basa en tres funciones básicas del lenguaje (informativa, expresiva y apelativa) y una cuarta función que las combina. Según Reiss (1977), la tipología textual relaciona las funciones con sus dimensiones lingüísticas correspondientes, así:
Comunicación de los hechos, información, opinión, etc. La dimensión lingüística que se utiliza para transmitir la información es lógica o referencial y el contenido o “tema” es el enfoque de la comunicación.
Composición creativa en la que el autor utiliza, en primer plano, la dimensión estética del lenguaje, al igual que la forma del mensaje.
Induce una respuesta comportamental. Utiliza la función apelativa para persuadir al lector o receptor e incitarlo a que actúe de una determinada forma. Por ejemplo, a comprar un producto o apoyar un punto de vista o argumento.
Películas, publicidad audiovisual, música, entre otros. Este tipo de texto, conocido también como texto multimodal, puede contener también las funciones descritas antes.
Para reflexionar
Piensa en las traducciones o interpretaciones que has hecho recientemente… ¿en cuál de las tipologías y géneros textuales se podrían clasificar?, ¿cuáles pueden considerarse híbridas?
A pesar de la existencia de estos tipos híbridos, la teoría de Reiss (2004) establece que la transmisión de la función principal del texto fuente es el factor determinante que sirve para juzgar el texto meta. De esta forma, la autora sugiere métodos específicos de traducción según el tipo de texto, así:
1
El texto meta de la traducción de un texto informativo debería transmitir el contenido referencial o conceptual del texto fuente. La traducción ha de ser en prosa, evitando las redundancias y explicitando conceptos cuando se requiera. Por ende, esta traducción debe enfocarse en entregar el contenido de hecho y la terminología, sin preocuparse tanto por el estilo.
2
El texto meta de la traducción de un texto expresivo debería transmitir la forma estética y artística del texto fuente, sin dejar de lado la exactitud de la información. El traductor adopta el punto de vista del autor, quien se vuelve la prioridad al momento de elegir el estilo.
3
El texto meta de una traducción de un texto operativo debería producir la respuesta deseada en el receptor. La traducción ha de adoptar un método adaptativo, creando un efecto equivalente al que sintieron los lectores del texto fuente.
4
Los textos multimediales requieren métodos suplementarios, es decir, apoyo de palabras con imágenes y música, los cuales deben seguir una serie de criterios inter e intra lingüísticos.
Es así entonces como la traducción de una enciclopedia debe preservar la equivalencia semántica y la traducción de un libro de ciencia popular buscará mejorar la accesibilidad y el estilo individual del autor, mientras que la traducción de un artículo científico prestará más atención a las convenciones de escritura académica. De igual forma, un texto expresivo debería enfocarse más en retener las metáforas que un texto informativo, donde basta con traducir el valor semántico de estas. Los anteriores criterios de adecuación son válidos como una forma de medir la calidad en situaciones traductivas donde el texto meta comparte las funciones del texto fuente.
La importancia del modelo de Reiss radica en que esta no centra la discusión en un nivel lingüístico inferior, sino en las funciones comunicativas de la traducción, aspecto crucial para superar la idea de una equivalencia exacta. Por otra parte, el acercamiento integral de Mary Snell-Hornby (1988) incluye una serie de conceptos lingüísticos y literarios en la tipología textual, tomando como base la noción de prototipos para categorizar los tipos de texto. Snell-Hornby, según el tipo de texto, incorpora la historia cultural, los estudios literarios, los estudios socioculturales y el estudio de áreas especializadas.
Esta tipología se representa con un modelo de estratificación que describe estrategias de traducción desde los textos más generales hasta los más especializados (Snell-Hornby, 1988), así:
Aunque este intento de unir diversas áreas de la traducción y cerrar la brecha entre traducciones artísticas y comerciales tiene sus áreas grises, el hecho de remover los rígidos límites propuestos por Reiss permite a los teóricos de la traducción moverse con más libertad para analizar las diferentes influencias a las que se ve sometida la traducción y aportar mejores estrategias que combinen los diferentes tipos de funciones en una misma situación.